miércoles, 30 de abril de 2014

Una persona con resiliencia es como un corcho...

Resilience es una palabra inglesa, de difícil traducción al castellano, que se viene utilizando con creciente profusión. Su significado es algo así como resistencia o elasticidad. Se utiliza en ingeniería para referirse a la resistencia o elasticidad de los metales.

En su sentido actual, la resiliencia es la capacidad que tiene una persona para enfrentarse con éxito a unas condiciones de vida sumamente adversas (pobreza, guerras, orfandad, crisis, etc.).

La resiliencia como realidad humana se remonta a los orígenes de la humanidad. Desde los albores de la civilización, la resistencia a la adversidad ha sido un factor que ha impulsado a las personas a seguir adelante a pesar de los obstáculos y dificultades, posibilitando el desarrollo y devenir histórico.

Los que trabajan con niños saben que algunos tienen resiliencia y otros no. Lo cual ha dado lugar a líneas de investigación sobre la resiliencia infantil y sus repercusiones en la vida adulta.

Una persona con resiliencia es como un corcho, como decía José Manuel Esteve, ha quien quiero rendir un homenaje en este texto. ¿Qué le pasa al corcho? Que no se hunde. La persona con resiliencia no se hunde ante las adversidades y las crisis.

La tolerancia a la frustración es una de las características de las personas con resiliencia. La diferencia entre una persona que tiene un alto nivel de tolerancia a la frustración y la que lo tiene bajo puede depender de como responde a esta pregunta: ¿lo voy a poder soportar? La persona con un nivel bajo piensa: “Esto no hay quien lo aguante. No lo puedo soportar”. Y se hunde. La persona con un nivel alto piensa: “Esto no me gusta ni lo he buscado. Pero creo que si me lo propongo voy a poder superarlo”. Y encaja el golpe y sigue adelante.

Existen muchos factores sociales de riesgo: crisis económica, desprestigio de la política, crisis de valores, desempleo, pobreza, etc. Si nos encontramos en alguna de estas situaciones, ¿estamos en condiciones de superarlo?

Que la respuesta sea afirmativa o negativa depende de muchos factores. Que una persona se sienta capaz de superarlos y lo supere es un indicador de resiliencia.

Diversas investigaciones han aportado evidencias de que las personas con resiliencia, incluso en las situaciones más adversas tienden a poseer ciertas habilidades emocionales básicas: sociabilidad, auto-confianza, optimismo, resistencia al fracaso y a la frustración, la habilidad de superar rápidamente los contratiempos y una “naturaleza fácil”. Tienen una “naturaleza fácil” aquellas personas con las cuales es fácil relacionarse; son sociables y flexibles. Hay personas que parece que transmiten energía positiva, que estar con ella es reconfortante, a pesar de las adversidades. Todo esto tiene mucho que ver con la inteligencia emocional.

En tiempos de crisis se impone formar (o entrenar) personas para que sean mas resilientes. Lo cual significa educar en competencias emocionales que permitan reconvertir la adversidad en perspectivas de futuro caracterizadas por la esperanza, ilusión, optimismo, compasión y amor, … a pesar de todo.

            La resiliencia es caminar a través de la adversidad y salir reforzados.

Caer siete veces y levantarse ocho.

Texto inspirado en el libro: Educación emocional y bienestar.

lunes, 28 de abril de 2014

A qué edad eres VIEJO y dejas de ser un aporte?

A qué edad te transformas en "viejo"'y tienes o debes dejar de hacer lo que te gusta?

http://www.youtube.com/watch?v=XngZy1vH4aU&sns=em
http://www.youtube.com/watch?v=XngZy1vH4aU&sns=em

Viendo el vídeo de la abuela que baila Salsa, me llamo la atención de uno de los jurados (Simon), que con poca paciencia, la elimino de inmediato, quizás dejándose llevar por una apariencia de una persona mayor comenzando con un ritmo el cual no esta acostumbrado , terminando con una disculpa luego de ver el resultado final.

Si bien este es un caso extremo y no muy común (una persona sobre 80 años que baile así) , no pude evitar de hacer la comparación con el mundo laboral  y de la mala disposición que en muchos lugares existe solo por no tener una imagen mas acorde a lo esperado y mas edad de lo acostumbrado.

Hoy en día , al parecer, después de los 40 ya eres viejo para "aportar" en la mayoría de las empresas chilenas , por lo que da la sensación de que el trabajador , viene con fecha de vencimiento.

 Después de los 40 - 50 , automáticamente se te pone la etiqueta y  te transformas en un trabajador conflictivo, con mañas, menos productivo, con ideas  antiguas ( como si uno se quedará atrapado en una cápsula de tiempo y no fuera capaz de aprender, actualizarse, aportar etc ) , por lo que existe una alta probabilidad de que te despidan , - según veo -pasando esa edad.

Hay muchos países de mundo (por ej. Argentina y EEUU , por nombrar un par) en los cuales da gusto la atención y servicio que te entregan los locales , tiendas , hoteles y muchos tipos de comercio que son atendidos por la "tercera edad" ( más de 40 -laboralmente hablando), en cambio en países como el nuestro (Chile) , al parecer , sólo sirves para puestos básicos y con sueldo mínimo o definitivamente debes emprender algún negocio.
Lamentablemente muchos jefes y "Lideres" en las empresas (de todo rubro) creen que después de los 40 se activa el boton de ALL RESET, piensan que se te olvida todo, la experiencia se pierde , tu estudios se invalidan y tienes que partir de 0 nuevamente, pero con menos posibilidades y más responsabilidades personales  que un joven , recién salido de la universidad.

Curiosamente la mayoría de los talleres que hoy en día nos solicitan a Wow Factory Chile , van enfocados principalmente a la los equipos mas jóvenes y los temas principales son "técnicas de comunicación" , negociación, empatia y liderazgo.

Estas lineas no tienen nada en contra de los jóvenes, si no que todo lo contrario, ya que el reloj avanza solo en una dirección, y en algún momento llegaran a pasar la temida  barrera de los "40". En realidad estas lineas son mas bien inspiradas en la realidad actual de nuestra sociedad comercial, donde muchas veces se olvida que la experiencia solo te la da el tiempo y debe ser tan valorada como la energía de la exquisita juventud.





lunes, 21 de abril de 2014

Cuando la sana competencia se ve eclipsada en el trabajo....

Es un hecho que en el trabajo hay que validarse y destacar. Pero la sana competencia muchas veces se ve eclipsada por aquellas actitudes, comentarios e incluso complots de algunos compañeros de trabajo, que están dispuestos a todo para opacarte o incluso quedarse con tu empleo.

Para que puedas detectar a tiempo un Judas en potencia, te presentamos los 10 perfiles más comunes de un posible traidor. Si bien es normal que puedan darse algunos de estos rasgos, las señales de alerta se encienden cuando dejan de ser la excepción y se transforman en la regla.


Judas Iscariote, sinónimo de traición. En este caso, reflejado en los personajes que pueden haber en una oficina.

1. El “Cobra”: es el venenoso, del cahuín malintencionado. Busca predisponer negativamente a unos con otros, con el lema de “dividir para gobernar”.

Señales para detectarlo:

- Tiende a comentarle al compañero los aspectos negativos que sobre él piensan el jefe o el resto del equipo de ti. Ej.: “El jefe encuentra que eres poco proactivo/a”. “Se nota que él/ella te tiene mala”.

- Siempre está azuzando. Es carbonero. Ej.: “¿Cómo aguantas eso?” “Yo que tú, le contesto con copia a todos”.

2. El “Botija”: es aquel que se apodera de las ideas o proyectos de sus compañeros.


Señales para detectarlo:

- Siempre está pendiente de las conversaciones o del trabajo del resto. Es fácil sorprenderlo mirando el computador del compañero o escuchando una conversación telefónica ajena.

- Para presentar una nueva idea o proyecto, entrega excesiva importancia a su gestión:. Ej.: “A mí se me ocurrió…” “Yo estuve pensando que…”

- Frente a una buena propuesta del compañero, sale con comentarios del tipo: “Eso mismo había propuesto yo antes”; “Eso lo vengo diciendo hace tiempo”.

3. El “Leonardo di Caprio” (el protagonista eterno): es el que quiere brillar frente al jefe o al equipo.


Señales para detectarlo:




- Interrumpe excesivamente al resto en una reunión o presentación de trabajo.

- Siempre quiere quedarse con la última palabra.

- Tiende a denostar sutilmente al otro. Ej: “Está bien lo que tú dices, pero no nos desviemos de lo importante”.

- Habla siempre en primera persona, resaltando su gestión. Ej: “Cuando yo estaba a cargo, estas situaciones no sucedían”.

- En las sesiones fotográficas, siempre busca estar al centro o al lado del jefe.

4. El “Chaquetero”: es el que critica compulsivamente al resto. Se trata de una persona envidiosa, que ve el éxito ajeno como fracaso propio.


Señales para detectarlo:

- Baja el perfil a los logros del otro, con frases del tipo: “Pero si ese premio se lo dan a todos”; “Eso que propone, se le puede ocurrir hasta a un niño de 5 años”.

- Frente al éxito del otro, siente una necesidad inmediata de resaltarse a sí mismo, para no ser menos. A diferencia del “Leonardo di Caprio”, su principal motivación es opacar al otro o bajarle los humos. Ej: “El jefe también me felicitó a mí”; “Yo también he almorzado con el Director de Proyecto”.

- Entrega consejos malintencionados para evitar la proactividad del compañero. Ej: “Esa idea que tú tienes ya la propusimos y no resulta”. “No copies en el email al jefe, porque está con muchas preocupaciones en este momento”.

5. El “Superintendente”: es el entrometido y fiscalizador, pero nadie le ha dado esas atribuciones.


Señales para detectarlo:

- Está muy preocupado del horario de entrada y de salida del resto. Ej.: “¿Y a qué hora llegaste?; “¿Qué te pasó que te vas tan temprano?”

- Está pendiente del trabajo del otro. Ej.: “¿En qué estás?” (cuando te ve en Facebook); “No te vi en la reunión”; “Te llamé y no estabas”. “¿Terminaste lo que estabas haciendo?” “Tú estabas encargada de este proyecto, cierto?

6. El “Licenciado de la Mora”: es el que recurrentemente finge olvidar ciertas situaciones. Pero esos olvidos coincidentemente perjudican al resto, pero nunca a él.


Señales para detectarlo:

-yo nunca te dije eso. O nooooo tu me escuchaste mal. yo sería incapaz de decirte algo así , te equivocaste. Son las frases típicas del licenciado de la Mora.
- Finge amnesia con el objetivo de no compartir información. Ej.: “Oooh, se me olvidó copiarte en el mail”. “Olvidé por completo mandarte el archivo, perdona”.

- Finge olvidos para excluir a otros de reuniones importantes. Ej.: “¿No te agregué en la citación de Outlook? Juraba que estabas incluido”.


7 -Poncio Pilato, el que se lava las manos.


- Finge “lagunas mentales” para crear una mala imagen del otro. Ej.: “Se me olvidó avisarle al jefe que tenías reunión afuera” (frente a tu ausencia).

El Poncio Pilato: frente a un error o problema, niega todo tipo de responsabilidad.

Señales para detectarlo:

- Se pone a salvo en relación a las responsabilidades que debía asumir. Ej.: “Yo mandé toda la información que tenía que enviar”.

- En caso de un inminente fracaso, responsabiliza a otros, generalmente el que está ausente. “Pero si Juan Pérez se iba a encargar de eso”.

- Tiende a evadir responsabilidades por culpa de los “canales de comunicación”. Ej.: “A mí nadie me avisó”;

- Suele utilizar el espacio temporal como excusa. Ej.: “Este problema estaba antes que yo asumiera en el puesto”.
 "Esa no es mi pega ( responsabilidad ) , pudiendo evitar un problema prefiere 'lavarse las Manos"

8. El “Subrogante”: es quien se autoadjudica la jefatura interina cuando no está el jefe, sin que nadie se lo haya pedido.

Señales para detectarlo:

- Muestra una obsesión por estar informado de todo. Ej.: “Cópiame en el mail para estar enterado”.

- Asume innecesariamente el rol de líder del equipo. Ej.: “Voy a citar a reunión para saber en qué están todos”. “Ya que el jefe no está, creo que sería bueno organizarnos”.

9. El “Mártir”: se victimiza constantemente para hacerse notar frente al jefe.


Señales para detectarlo:

- Extiende innecesariamente su jornada de trabajo, preocupándose de ser el primero en llegar y el último en irse. Y esto, lo hace notar con frases como: “Fui el último en irme de la pega”. “Yo antes de las 8:00 am ya estoy sentado en mi puesto de trabajo”.

- Cree fehacientemente que es el único que realmente cumple su labor y se esfuerza. “Yo soy el único que trabaja en esta empresa”. “Qué suerte ustedes. Lo que es yo, no tengo tiempo ni siquiera para ir al baño.

- Pretende ser modalidad 24/7. Ej.: “Estuve todo el fin de semana trabajando en el proyecto”. “Estuve contestando mails hasta las 3 de la mañana”.

10. El “Eliseo Salazar”: es el personaje que “adelanta en curva”, es decir, el winner que no le importa hacer cosas indebidas, con tal de lucirse frente al jefe y adelantarse al resto.

Señales para detectarlo:

- Desconoce acuerdos de distribución de tareas con respecto a un determinado trabajo o proyecto y se adelanta a sus compañeros para realizarlos.

- Tiende a realizar las funciones de trabajo que le corresponden a otro y que son las más llamativas o de éxito fácil.

- Se apropia de la agenda del jefe, no respetando los espacios de reunión de los demás.

Bonus Track:

El “Raphael de España”: Siempre estás diciendo que te vas. Ésa es la canción que mejor refleja a este personaje, quien frecuentemente dice tener mejores ofertas de trabajo y está a punto de irse, con el objetivo de aumentar su sueldo o su posición en la empresa, en desmedro de sus compañeros. Lo divertido, es que nunca se va.

Esta claro que en toda empresa y equipo de trabajo nos encontramosn con uno o más de estos personajes, que aunque caricaturizados , igual son para tomar en cuenta , Lo importante es identificarlos y saber como incluirlos de forma inteligente para el logro de los objetivos del equipo, haciéndoles partícipes de un gran aporte.
Para cazar un zorro , hay que ser más inteligente que un zorro.