miércoles, 10 de septiembre de 2014

5 tipos de líderes ( en la ficción ), con cual te identificas?

En muchas ocasiones, en las series de televisión se reflejan o se caricaturizan diversas personalidades que nos podemos encontrar fácilmente en nuestro día a día. Entre los personajes de ficción, también se pueden encontrar las distintas maneras que tienen de ejercer el liderazgo algunas personas.

Pero, ¿con quién se identifica usted o a quién le gustaría imitar? ¿Se siente más un Don Draper o es más parecido a Cersei Lannister? Para contestar a estas preguntas, el portal CNNExpansión ha reunido a los seis personajes de ficción más populares y ha remarcado su tipo de liderazgo. Una ayuda para fortalecer sus cualidades y mejorar sus defectos:

Líder directivo: Don Draper (Mad Men) y Gus Fring (Breaking Bad). Ambos son unos líderes visionarios, que sitúan sus objetivos a largo plazo, y necesitan de un equipo apasionado por su trabajo, muy competente y, a ser posible, reducido. Este tipo de liderazgo también necesita de alguien que, como el protagonista de Mad Men, esté abierto a las críticas y no se tome personalmente los comentarios de los demás.

Líder marcapasos: Charles Carson (Downton Abbey). Este mayordomo jefe, que tiene un gran sentido de la justicia y que es muy respetado por su equipo, posee una gran virtud como es la integridad. Sin embargo, este tipo de liderazgo es el de una persona obsesiva, que no escucha demasiado a su equipo y que debería aprender más a confiar en él, según explica el portal.

Líder democrático: Olivia Pope (Scandal). Para esta abogada, que tiene como cliente suyo al mismísimo presidente de EEUU, la democracia es el eje fundamental de su liderazgo. Pope, demasiado exigente, en ocasiones pierde el equilibrio entre su vida personal y la laboral. En este sentido, el texto recomienda que si alguien se siente identificado con ella y tiene la posibilidad de elegir a su propio equipo, seleccione a personas adictas a la adrenalina y que siempre digan la verdad.

Líder coercitivo: Cersei Lannister (Game of Thrones). La reina es profundamente ambiciosa y muy directa y clara a la hora de dirigirse a su equipo, quizá demasiado. Cersei debería aprender a dar una retroalimentación positiva a sus colaboradores (en alguna ocasión), otorgar segundas oportunidades y mostrar más consideración por el resto.

Líder afiliativo: Yvonne 'vee' Parker (Orange is the new black). Un liderazgo como el que ejerce esta reclusa se basa en un buen equipo y se centra más en las personas que en las tareas que deben cumplir. Parker es muy buena a la hora de trazar estrategias, algo importante pero no lo único, pero acabaya cayendo en la manipulación e incluso en la crueldad.  

Con cuál te identificas?

lunes, 1 de septiembre de 2014

¿Cómo tener Reuniones de Trabajo Efectivas.?

Hoy en día es un tremendo mal de las empresas, como ex ejecutivos de multinacionales algo que recordamos con frecuencia , es la cantidad de reuniones que permanentemente teníamos agendadas día tras día , teniendo muchas veces que salir de una reunión para poder alcanzar a llegar a otra. Sin duda uno de los "males" en los tiempos actuales.
Toma nota de todas las propuestas, ideas y conclusiones que hayan surgido del intercambio y compártelas con tu equipo
Aunque muchas veces puede resultar fastidioso el llamado de un jefe para una reunión, estas instancias son necesarias para mantener a flote cualquier empresa y sacar lo mejor de cada miembro del equipo. No obstante, su eficacia dependerá en gran medida de la forma en la que se organicen. Para evitar que se conviertan en un pérdida total de tiempo, te presentamos 6 claves para organizar una reunión de trabajo productiva, publicadas por el portal Inc.






1. Evalúa si la reunión es estrictamente necesaria. Cuando estas instancias pasan a ser parte de la cotidianidad de la oficina, probablemente se transformarán en charlas sociales sin ningún fin aparente y todos perderán el tiempo. Antes de llamar a nadie a la sala de reuniones debes agotar otros recursos, como enviar emails, postear comunicados en carteleras, etc.


2. Establece objetivos claros. Los objetivos de la reunión deben estar claros para todos los asistentes desde un primer momento. De esta forma evitarás que la conversación se vaya por las ramas y no se llegue a ningún acuerdo o intercambio de ideas productivo.


3. Sé puntual y controla los tiempos. Nadie puede mantener la atención por más de dos horas, además, si haces que la reunión se alargue más de la cuenta resultará aburridísima. Si estableces una hora de comienzo, respétala, controla los tiempos y no dejes que se pierda el punto de foco.


4. No tengas miedo al conflicto. Como ya fue señalado, los comunicados pueden ser transmitidos a través de correos electrónicos u otros medios alternativos. Por lo general, uno de los principios fundamentales de las reuniones es que se genere debate e intercambio de ideas entre los participantes. Por eso no debes tener miedo si surge alguna que otra discusión, esto es totalmente normal. Lo que debes hacer es tratar de moderar el debate y transformarlo de una experiencia positiva para sus protagonistas y para el resto.


5. Prohíbe el uso de dispositivos (incluyendote). Los smartphones y las tablets pueden ser elementos sumamente útiles para una gran cantidad de fines, incluso comunicativos. No obstante, en instancias como reuniones de trabajo suelen ser excusas para la distracción. Si tus colegas están actualizando su estado de Facebook o mirando fotos en Instagram mientras se discuten temas importantes, todo tu esfuerzo será en vano. Por supuesto debes ser tú quien predique con el ejemplo y ser el primero en dejar el celular afuera de la sala de reuniones.


6. Documenta y comparte los puntos tratados. Toma nota de todas las propuestas, ideas y conclusiones que hayan surgido del intercambio colectivo. Para que no queden en la nada debes compartirlas con el resto de los participantes, una vez que termine la reunión.

Por ultimo los integrantes de la reunión deben salir con temas claros o con objetivos y responsabilidades definidos para una próxima reunión. Así no partirás de cero y avanzarás de forma ejecutiva, responsable y efectiva.

lunes, 25 de agosto de 2014

Cuatro motivos por los que no recordamos el nombre de una persona que acabamos de conocer


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Perdona, ¿cómo te llamabas?. Todos hemos hecho alguna vez esta pregunta a alguien a quien nos acababan de presentar y cuyo nombre no recordábamos.

Cuando nos presentan a una persona, o a varias, totalmente desconocidas, es muy habitual que en cuestión de segundos no recordermos sus nombres. Esta situación se puede volver algo incómoda si a continuación entablamos una conversación con dicha persona.

Pero, ¿por qué no recordamos los nombres de las personas que nos acaban de presentar?. Un artículo del magacín The Atlantic explica cuatro de los motivos más habituales por los que suceden estos "despistes".

1. Estás más pendiente del siguiente que del que saludas

Es el caso más habitual en fiestas o reuniones en las que te presentan a muchas personas. Se trata de un desafío hacia nuestra memoria, ya que no es fácil que tengas que memorizar varios nombres y asociarlos a una cara repentinamente.

En este tipo de situaciones, los condicionantes más habituales que nos hacen olvidar los nombres son el ruido, la música o el hecho de que estemos más pendientes de la siguiente persona a la que nos van a presentar que de la que nos están presentando en el momento.

Todos estos factores hacen que nos encontremos ante una tarea más complicada de lo que parece para nuestra capacidad mental.

2. No se tiene interés en esa persona

Tener muchas cosas en mente hace que no siempre estemos todo lo atentos que deberíamos al momento de la presentación. Es posible que más adelante esa persona capte tu atención y puedas estar hablando con ella pero que tu no recuerdes su nombre.

El profesor de la Universidad de Kansas, Richard Harris reconoce en Science Daily que hay personas más propensas a este tipo de despistes, mientras que aquellas con más intereses sociales tienen una mayor motivación para recordar los nombres y se esfuerzan para retener este dato.

3. Un fallo en la memoria de trabajo

La memoria de trabajo es la relacionada con el proceso de memorización a corto plazo. Su funcionamiento y capacidad depende de cada uno, por lo que para algunos será más complicado que para otros retener muchos detalles como puede ser el nombre.  Si no te concentras en mantener esa información, se desvanecerá rápido y en el caso de los nombres los datos han de transferirse al sistema cerebral encargado de la memorización a largo plazo.

4. No relacionamos el nombre con nada en particular

Lo que se refiere es que mientras que datos como un nombre no somos capaces de memorizarlos bien, hay otros datos que retenemos con mayor facilidad como las caras o la forma de ser. Por lo tanto, recordaremos mejor un nombre si somos capaces de asociarlo a algún aspecto concreto de la persona como una afición o la ropa que lleva.

www.wowfactory.cl


jueves, 31 de julio de 2014

"House of Cards",interesantes lecciones de liderazgo extraídas de la serie



House of Cards es una de las series del momento.

La serie norteamericana House of Cards, que protagoniza Kevin Spacey y que ha obtenido 14 nominaciones a los Premios Emmy en este 2014, es todo un éxito de audiencia en EEUU y el extranjero.

En esta ficción se realza la importancia de capacidades como el liderazgo, la destreza para manejar los hilos del poder o el control de los medios de comunicación para un hombre de la alta política. Y de ella y su protagonista, varios medios han extraído una serie de interesantes lecciones de liderazgo:

El factor suerte: además de una preparación psicológica y de formación, para alcanzar el éxito hay otro ingrediente sin el que será imposible lograr nuestro objetivo: la suerte.

Rodearse de personas inteligentes: tener un equipo de trabajo inteligente y preparado para los nuevos retos es fundamental para que nuestra idea de empresa se plasme en la realidad de la forma más fidedigna posible.

La información es poder: la información privilegiada siempre nos deja en una posición de ventaja frente a nuestros competidores. A la hora de manejar un equipo, tener la información precisa y saber utilizarla nos convertirá en unos grandes líderes.

Conoce a las personas que te rodean: para el líder de un equipo, es vital conocer a sus miembros y hacerlo no solamente en los aspectos laborales, los detalles personales también son de gran importancia.

El favor como moneda de cambio: siempre está bien que te deban favores. El apoyo mutuo es positivo para ambas partes y será una ayuda fundamental para la nuestra empresa.

Juzga por los resultados: en muchas ocasiones, hay diferentes caminos para llegar a cumplir los objetivos de la empresa. No es tan importante qué camino se coja sino obtener los resultados oportunos.

Planifica y sé paciente: hay que saber cuándo anticiparse a las situaciones a la hora de ejecutar nuestro plan y también ser paciente cuando sea necesario. Para ello es necesario tener la capacidad de analizar las situaciones de forma realista y objetiva.

Ser un sinvergüenza: para conseguir llegar a ser un buen líder es necesario ser claro y tajante. En ocasiones, incluso ser un poco sinvergüenza puede ayudarnos.

Hay varias de estas lecciones que parecen terribles, pero la realidad demuestras que en algún minuto, en una posición de poder , se utilizan completamente. 

lunes, 23 de junio de 2014

10 señales para descubrir si estás ante un mal jefe


Pueden existir cientos de motivos por los que no nos cae bien nuestro jefe pero, ¿es realmente un mal líder o son sólo impresiones personales? 

Las relaciones entre jefe y equipos pueden ser sumamente complicadas. Si bien existen casos de buen relacionamiento, muchas veces los jefes son el blanco de feroces críticas y aprensiones de todo tipo. Pero, ¿qué tan justificadas son? Según una encuesta realizada por el portal Trabajando .com más de un 60% de los chilenos asegura que les molesta que sus jefes no valoren su trabajo.


 A continuación, te presentamos las 10 señales para descubrir si estás ante un mal jefe

1. Es indeciso. En un mundo que se mueve a un ritmo vertiginoso, es esencial tomar decisiones rápidas. Más allá del resultado, la especulación nunca lleva a un buen desenlace.


2. Es impaciente. Los malos jefes suelen tener la mecha corta y estallan lanzando toda su frustración contra sus empleados ante el primer error. Por el contrario, los buenos líderes motivan a sus subordinados a aprender de estas equivocaciones.


3. Dramatiza demasiado. Muchas veces las cosas no salen como las planeamos, pero no es el fin del mundo. El jefe debe ser el que brinde calma al equipo y no sobredimensione los problemas.


4. Quiere controlar todo. Para poder dar lo mejor de sí, las personas necesitan espacio e independencia. Controlarlo todo no sólo es imposible, también es contraproducente.


5. No se conoce a sí mismo. Antes de poder dirigir un equipo, es fundamental tener insight, anticipar las reacciones que podemos tener, los sentimientos que afloran ante determinadas situaciones, etc.


6. Tiene favoritos. Si bien es natural tener mayor afinidad con determinadas personas, un jefe debe ser neutral y darle la oportunidad de brillar a todos por igual.


7. Es vanidoso por demás. Cuando se alcanza una meta, el logro es de todo el equipo y el jefe no debe llevarse toda la gloria. Un buen líder no permite que su buena autoestima se transforme en vanidad.


8. Es inflexible. No siempre se tiene la razón. Un buen líder siempre se muestra abierto a nuevas alternativas, aunque la iniciativa no necesariamente nazca de él.


9. Culpa a los demás. Las fallas en el equipo siempre son responsabilidad primera de su líder, por más que éste no haya sido el culpable directo del error. Humillar a un empleado frente a sus colegas es una pésima táctica para imponer autoridad.


10. No es agradecido. Los logros alcanzados son fruto del trabajo de todos, sin importar el rango que ocupen en la escala organizativa. Un buen jefe debe preocuparse por ser agradecido y que las personas se sientan reconocidas por su buena labor.


domingo, 1 de junio de 2014

Kintsugi, el arte Japonés de arreglar lo roto

”Cuando los japoneses restauran una pieza que se ha roto, agrandan la fractura con oro, ellos tienen la creencia que cuando algo ha sufrido daño tiene una historia, y ésto la hace más hermosa”.


No es suficiente reconocer las incongruencias, hay que hacer un trabajo interior que nos permita celebrarlas.
Es necesario tener mirada de artista para que todo aquello que en nosotros está roto, quebrado o defectuoso, nos invite a encontrar belleza en los lugares más insospechados.
 

Kintsugi es el arte tradicional japonés de la restauración, especialmente de piezas rotas de cerámica. En lugar de ocultar los daños, se les da una nueva apariencia y se ofrece una nueva vida a los vasos rotos. Este arte no trata de "arreglar" los defectos, no intenta perfeccionarlos, simplemente vuelve a convertir la pieza rota en algo completo. Celebra la dialéctica de la totalidad y la fragmentación... la idea de que la auténtica belleza está compuesta por ambas.

Al igual que la vida , después de muchas cosas que nos pasan y las cuales tratamos de reparar para salir adelante, lo que muchas veces llamamos RESILIENCIA los Japonés lo reflejan cor este hermoso arte, no cubrir ni olvidar las grietas y errores, todo lo contrario , utilizarlos para resaltar y fortalecer más aún una nueva pieza , una nueva vida.


domingo, 25 de mayo de 2014

Cuatro cosas que puedes hacer para mejorar tus capacidades como líder

Liderazgo 

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Un líder debe trabajar junto a su equipo.

Los líderes más respetados suelen tener la habilidad de combinar el liderazgo desde el frente y el trabajo junto a su equipo, desde las trincheras. Ningún líder que crea que no tiene que mancharse las manos lo será por mucho tiempo.

Los mejores líderes son los capaces de asumir ese liderazgo trabajando desde arriba, desde abajo y junto al resto del equipo. Esta filosofía está muy arraigada, por ejemplo, en los equipos de la Armada americana. A los oficiales se les exige un trabajo de liderazgo acorde con esta idea.


Se espera de ellos que estén a la cabeza durante los duros entrenamientos, si no, sería muy difícil que los oficiales se ganaran el respeto del resto de integrantes del equipo. Esta característica de un líder de la Armada, debe ser igual para un líder en el mundo de los negocios.


Estas son las cuatro maneras que propone Forbes para ser un mejor líder:

Ganarse el respeto del equipo: liderar desde el ejemplo es una manera de hacerlo. Hay que trabajar y luchar junto a tu equipo. Si trabajáis juntos, tú y tu equipo os respetaréis mutuamente. De esta manera, tu empresa crecerá.

Aprender de tu equipo: no puedes pensar que lo sabes todo, en el momento que lo hagas, estarás equivocándote. Los grandes líderes están siempre tratando de aprender de los mejores. Pero no solo de los mejores de arriba, si no también de los mejores de abajo.

Comparte lo que has aprendido: una parte importante en las labores de un líder es devolver a su equipo los conocimientos que él ha aprendido. Enseñar a los demás lo que aprendes es la manera de evitar que ellos cometan errores.

Toma mejores decisiones: cuanto más tiempo pases trabajando directamente con tu equipo, mejor podrás entender cuáles son las cualidades de cada miembro. Así, podrás asignar papeles, dar órdenes y repartir el trabajo de una manera más eficiente para tu empresa.

Cuando conduces una empresa, puedes distraerte con mil cosas. Por eso, no olvides cuál es el combustible que hace que la empresa salga adelante: tu equipo. Trabajando desde las trincheras y ganándote su respeto podrás conseguir el éxito que pretendes.


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jueves, 22 de mayo de 2014

Mentira !! 6 maneras de saber si alguien nos miente

Saber detectar si alguien nos miente es una habilidad muy útil tanto en la vida profesional como en la personal, consideran Philip Houston, Michael Floyd y Susan Carnicero, los autores del libro. A continuación les presentamos un resumen que, con la práctica, le ayudará a saber si un colega, su hijo o su pareja le está diciendo la verdad.



1. Pausa conductual o retraso 

Cuando usted le hace una pregunta a una persona es muy importante prestar especial atención a la pausa que hace antes de contestar, ya que esos segundos son un indicador para saber si la persona va a mentir o a decir la verdad. Aunque esta pausa conductual depende de muchos factores, con la práctica le podría ayudar a detectar mentiras.

Los autores plantean el siguiente ejercicio: preguntar a un amigo sobre lo qué había él en esta fecha hace siete años. Sin duda, su amigo hará una pausa antes de responder y es probable que sea incapaz de ofrecerle una respuesta. Después pregúntele si en esta fecha, hace siete años, lo asaltaron en una gasolinera. Lo más probable es que no haya pausa y que su amigo responda inmediatamente: “¡No!”.

2. Desconexión verbal / no verbal 

Nuestro cerebro está diseñado de tal manera que hace que nuestro comportamiento verbal y no verbal coincida de forma natural. Así que cuando hay una desconexión se puede considerar que existe un indicador engañoso potencial. Una desconexión verbal / no verbal común que se debe tener en cuenta es cuando una persona asiente afirmativamente mientras dice “no”, o gira la cabeza de lado a lado mientras dice “sí”. Una persona que intente engañarle puede cometer este error sin siquiera pensar en ello.

No obstante, hay un par de advertencias a este indicador: la cabeza de una persona puede hacer un movimiento de inclinación cuando dice “no”, algo que en algunas ocasiones refleja un simple énfasis; y en segundo lugar, es importante tener en cuenta que en algunas culturas, un movimiento de la cabeza de lado a lado no significa “no”, y viceversa.

3. Ocultar la boca o los ojos 

Intentar ocultar la boca o los ojos puede ser un indicador de que se está también ocultando la verdad, por lo que hay que prestar atención a si la mano de una persona pasa delante de su boca mientras está respondiendo a una pregunta. Del mismo modo, si una persona protege sus ojos mientras está respondiendo a una pregunta, lo que bien podría estar indicando, en un nivel subconsciente, es que no puede soportar ver la reacción a la mentira que está diciendo. Este blindaje se puede realizar con una mano, o la persona podría incluso cerrar los ojos. Los exexpertos de la CIA apuntan que este indicador no se refiere al parpadeo, pero sí aconsejan fijarse en si una persona cierra sus ojos al tiempo que responde a una pregunta, pues, según ellos, es un indicador de mentira

4. El carraspeo 

Si una persona se aclara la garganta antes de responder a la pregunta, es un problema potencial. Si lo hace después de responder, no es significativo, pero si lo hace antes de responder, algo puede estar pasando. Podría estar haciendo el equivalente no verbal de lo verbal “lo juro por Dios…”, es decir, viste a la mentira con su mejor traje antes de presentárnosla. Hay que notar también si la pregunta podría haber creado un aumento en la ansiedad, que puede causar incomodidad o sequedad en la boca y la garganta.

5. Manos por la cara 

Es necesario observar lo que una persona hace con su rostro o con la cabeza al tratar de responder una pregunta. Es posible que se muerda o se pase la lengua por los labios, o se toque con las manos los labios u orejas. Esto indica que la pregunta ha creado un aumento en la ansiedad por mentir por lo que el sistema nervioso se activa para disipar esa ansiedad, drenando sangre de las superficies de la cara, las orejas y las extremidades, lo que, a su vez, puede crear una sensación de frío o picazón. Sin que la persona ni siquiera se dé cuenta, sus manos se sentirán atraídas hacia esas áreas. Un indicador que nos advierte de que algo no va tan bien.

6. Gestos 

Al responder a una pregunta un hombre mentiroso podría ajustarse la corbata o los puños de la camisa, o tal vez las gafas. Una mujer falsa podría ponerse algunos mechones de pelo detrás de la oreja o enderezarse su falda. También pueden secarse el sudor de la frente cuando responden a una pregunta. Muchas veces cuando uno hace una pregunta, nuestro interlocutor mentiroso de repente nota que el teléfono no se enciende de la manera correcta, el vaso de agua está demasiado cerca, o el lápiz no está en el lugar correcto.

jueves, 15 de mayo de 2014

Cuando das la mano también das tu palabra

Dar la mano , este pequeño pero gran gesto está cada vez más desvalorizado. 


Recuerdo que de niño mi padre siempre me repetía que dar la mano al cerrar un trato era comprometerse a muerte con lo que estabas diciendo que harías, era comprometer tu nombre , tu palabra, algo que muchos hoy en día no tienen idea de lo que realmente significa. La palabra es documento me decía , no des tu palabra si no eres capaz de cumplir, y algo que nunca más se salió de mi cabeza fue "un hombre sin palabra no vale nada"

En los tiempos actuales en donde la desconfianza es pan de cada día , estas palabras o recomendaciones de mi padre parecen ser palabras de segunda categoría o motivos de burla, y claro los tiempos cambiaron, hoy en día es más común escuchar " las palabras se las lleva el viento " o " si no está por escrito no vale" 

Al ponerme a pensar y reflexionar sobre este cambio de cultura no puedo más que llegar a revisar los valores de las personas, no los monetarios, si no los que te hacen ser valorado , creíble , confiable , algo que en nuestras sociedades está lamentablemente en retirada. El miedo al compromiso , sea cual sea , ya que al parecer dependemos mucho de los que haga el resto de las personas para poder cumplir con nuestro palabra. 

Si nos vamos exclusivamente a los significados físicos de dar las mano y su interpretación podemos descubrir varios conceptos interesantes desde el punto de vista de las asociaciones que se le da a este simple gesto dependiendo de la posición , intensidad y o dirección 

La forma que tenemos de dar la mano dice tanto de nosotros como de nuestro comportamiento. A través de algo tan inocente como un apretón de manos podemos conocer mucho mejor a los demás y descubrir sus intenciones más íntimas. Por ejemplo:

  • Si al dar la mano mantienes el brazo con una cierta rigidez, estás comunicando tu necesidad de mantener las distancias.                    

  • Si realizas un ligero tirón hacia ti, estás manifestando tu pretensión de intimar o cautivar.

  • Si das la mano estrujando a la de la otra persona, estás canalizando su energía, vitalidad y violencia, dando la sensación de poca seguridad y de que necesitas la fuerza para hacerte notar.

  • Si das la mano con la palma hacia abajo, denotas seguridad, pero también
    deseos de dominar a la otra persona.

  • Dar la mano con la palma hacia arriba es una forma de someterte, pero también de decir "me has impresionado".

  • Dar la mano de forma escurridiza u ofreciendo sólo los dedos es una
    manera de mostar timidez e inseguridad.

  • Si cuando das un apretón de manos añades con posterioridad tu segunda mano al acto, al estilo "guante", estás señalando capacidad de dominio,nseducción y convicción.
En fin , son muchos los significados. 
Aunque prefiero quedarme con lo que me enseño mi viejo:

La palabra es documento

miércoles, 30 de abril de 2014

Una persona con resiliencia es como un corcho...

Resilience es una palabra inglesa, de difícil traducción al castellano, que se viene utilizando con creciente profusión. Su significado es algo así como resistencia o elasticidad. Se utiliza en ingeniería para referirse a la resistencia o elasticidad de los metales.

En su sentido actual, la resiliencia es la capacidad que tiene una persona para enfrentarse con éxito a unas condiciones de vida sumamente adversas (pobreza, guerras, orfandad, crisis, etc.).

La resiliencia como realidad humana se remonta a los orígenes de la humanidad. Desde los albores de la civilización, la resistencia a la adversidad ha sido un factor que ha impulsado a las personas a seguir adelante a pesar de los obstáculos y dificultades, posibilitando el desarrollo y devenir histórico.

Los que trabajan con niños saben que algunos tienen resiliencia y otros no. Lo cual ha dado lugar a líneas de investigación sobre la resiliencia infantil y sus repercusiones en la vida adulta.

Una persona con resiliencia es como un corcho, como decía José Manuel Esteve, ha quien quiero rendir un homenaje en este texto. ¿Qué le pasa al corcho? Que no se hunde. La persona con resiliencia no se hunde ante las adversidades y las crisis.

La tolerancia a la frustración es una de las características de las personas con resiliencia. La diferencia entre una persona que tiene un alto nivel de tolerancia a la frustración y la que lo tiene bajo puede depender de como responde a esta pregunta: ¿lo voy a poder soportar? La persona con un nivel bajo piensa: “Esto no hay quien lo aguante. No lo puedo soportar”. Y se hunde. La persona con un nivel alto piensa: “Esto no me gusta ni lo he buscado. Pero creo que si me lo propongo voy a poder superarlo”. Y encaja el golpe y sigue adelante.

Existen muchos factores sociales de riesgo: crisis económica, desprestigio de la política, crisis de valores, desempleo, pobreza, etc. Si nos encontramos en alguna de estas situaciones, ¿estamos en condiciones de superarlo?

Que la respuesta sea afirmativa o negativa depende de muchos factores. Que una persona se sienta capaz de superarlos y lo supere es un indicador de resiliencia.

Diversas investigaciones han aportado evidencias de que las personas con resiliencia, incluso en las situaciones más adversas tienden a poseer ciertas habilidades emocionales básicas: sociabilidad, auto-confianza, optimismo, resistencia al fracaso y a la frustración, la habilidad de superar rápidamente los contratiempos y una “naturaleza fácil”. Tienen una “naturaleza fácil” aquellas personas con las cuales es fácil relacionarse; son sociables y flexibles. Hay personas que parece que transmiten energía positiva, que estar con ella es reconfortante, a pesar de las adversidades. Todo esto tiene mucho que ver con la inteligencia emocional.

En tiempos de crisis se impone formar (o entrenar) personas para que sean mas resilientes. Lo cual significa educar en competencias emocionales que permitan reconvertir la adversidad en perspectivas de futuro caracterizadas por la esperanza, ilusión, optimismo, compasión y amor, … a pesar de todo.

            La resiliencia es caminar a través de la adversidad y salir reforzados.

Caer siete veces y levantarse ocho.

Texto inspirado en el libro: Educación emocional y bienestar.

lunes, 28 de abril de 2014

A qué edad eres VIEJO y dejas de ser un aporte?

A qué edad te transformas en "viejo"'y tienes o debes dejar de hacer lo que te gusta?

http://www.youtube.com/watch?v=XngZy1vH4aU&sns=em
http://www.youtube.com/watch?v=XngZy1vH4aU&sns=em

Viendo el vídeo de la abuela que baila Salsa, me llamo la atención de uno de los jurados (Simon), que con poca paciencia, la elimino de inmediato, quizás dejándose llevar por una apariencia de una persona mayor comenzando con un ritmo el cual no esta acostumbrado , terminando con una disculpa luego de ver el resultado final.

Si bien este es un caso extremo y no muy común (una persona sobre 80 años que baile así) , no pude evitar de hacer la comparación con el mundo laboral  y de la mala disposición que en muchos lugares existe solo por no tener una imagen mas acorde a lo esperado y mas edad de lo acostumbrado.

Hoy en día , al parecer, después de los 40 ya eres viejo para "aportar" en la mayoría de las empresas chilenas , por lo que da la sensación de que el trabajador , viene con fecha de vencimiento.

 Después de los 40 - 50 , automáticamente se te pone la etiqueta y  te transformas en un trabajador conflictivo, con mañas, menos productivo, con ideas  antiguas ( como si uno se quedará atrapado en una cápsula de tiempo y no fuera capaz de aprender, actualizarse, aportar etc ) , por lo que existe una alta probabilidad de que te despidan , - según veo -pasando esa edad.

Hay muchos países de mundo (por ej. Argentina y EEUU , por nombrar un par) en los cuales da gusto la atención y servicio que te entregan los locales , tiendas , hoteles y muchos tipos de comercio que son atendidos por la "tercera edad" ( más de 40 -laboralmente hablando), en cambio en países como el nuestro (Chile) , al parecer , sólo sirves para puestos básicos y con sueldo mínimo o definitivamente debes emprender algún negocio.
Lamentablemente muchos jefes y "Lideres" en las empresas (de todo rubro) creen que después de los 40 se activa el boton de ALL RESET, piensan que se te olvida todo, la experiencia se pierde , tu estudios se invalidan y tienes que partir de 0 nuevamente, pero con menos posibilidades y más responsabilidades personales  que un joven , recién salido de la universidad.

Curiosamente la mayoría de los talleres que hoy en día nos solicitan a Wow Factory Chile , van enfocados principalmente a la los equipos mas jóvenes y los temas principales son "técnicas de comunicación" , negociación, empatia y liderazgo.

Estas lineas no tienen nada en contra de los jóvenes, si no que todo lo contrario, ya que el reloj avanza solo en una dirección, y en algún momento llegaran a pasar la temida  barrera de los "40". En realidad estas lineas son mas bien inspiradas en la realidad actual de nuestra sociedad comercial, donde muchas veces se olvida que la experiencia solo te la da el tiempo y debe ser tan valorada como la energía de la exquisita juventud.





lunes, 21 de abril de 2014

Cuando la sana competencia se ve eclipsada en el trabajo....

Es un hecho que en el trabajo hay que validarse y destacar. Pero la sana competencia muchas veces se ve eclipsada por aquellas actitudes, comentarios e incluso complots de algunos compañeros de trabajo, que están dispuestos a todo para opacarte o incluso quedarse con tu empleo.

Para que puedas detectar a tiempo un Judas en potencia, te presentamos los 10 perfiles más comunes de un posible traidor. Si bien es normal que puedan darse algunos de estos rasgos, las señales de alerta se encienden cuando dejan de ser la excepción y se transforman en la regla.


Judas Iscariote, sinónimo de traición. En este caso, reflejado en los personajes que pueden haber en una oficina.

1. El “Cobra”: es el venenoso, del cahuín malintencionado. Busca predisponer negativamente a unos con otros, con el lema de “dividir para gobernar”.

Señales para detectarlo:

- Tiende a comentarle al compañero los aspectos negativos que sobre él piensan el jefe o el resto del equipo de ti. Ej.: “El jefe encuentra que eres poco proactivo/a”. “Se nota que él/ella te tiene mala”.

- Siempre está azuzando. Es carbonero. Ej.: “¿Cómo aguantas eso?” “Yo que tú, le contesto con copia a todos”.

2. El “Botija”: es aquel que se apodera de las ideas o proyectos de sus compañeros.


Señales para detectarlo:

- Siempre está pendiente de las conversaciones o del trabajo del resto. Es fácil sorprenderlo mirando el computador del compañero o escuchando una conversación telefónica ajena.

- Para presentar una nueva idea o proyecto, entrega excesiva importancia a su gestión:. Ej.: “A mí se me ocurrió…” “Yo estuve pensando que…”

- Frente a una buena propuesta del compañero, sale con comentarios del tipo: “Eso mismo había propuesto yo antes”; “Eso lo vengo diciendo hace tiempo”.

3. El “Leonardo di Caprio” (el protagonista eterno): es el que quiere brillar frente al jefe o al equipo.


Señales para detectarlo:




- Interrumpe excesivamente al resto en una reunión o presentación de trabajo.

- Siempre quiere quedarse con la última palabra.

- Tiende a denostar sutilmente al otro. Ej: “Está bien lo que tú dices, pero no nos desviemos de lo importante”.

- Habla siempre en primera persona, resaltando su gestión. Ej: “Cuando yo estaba a cargo, estas situaciones no sucedían”.

- En las sesiones fotográficas, siempre busca estar al centro o al lado del jefe.

4. El “Chaquetero”: es el que critica compulsivamente al resto. Se trata de una persona envidiosa, que ve el éxito ajeno como fracaso propio.


Señales para detectarlo:

- Baja el perfil a los logros del otro, con frases del tipo: “Pero si ese premio se lo dan a todos”; “Eso que propone, se le puede ocurrir hasta a un niño de 5 años”.

- Frente al éxito del otro, siente una necesidad inmediata de resaltarse a sí mismo, para no ser menos. A diferencia del “Leonardo di Caprio”, su principal motivación es opacar al otro o bajarle los humos. Ej: “El jefe también me felicitó a mí”; “Yo también he almorzado con el Director de Proyecto”.

- Entrega consejos malintencionados para evitar la proactividad del compañero. Ej: “Esa idea que tú tienes ya la propusimos y no resulta”. “No copies en el email al jefe, porque está con muchas preocupaciones en este momento”.

5. El “Superintendente”: es el entrometido y fiscalizador, pero nadie le ha dado esas atribuciones.


Señales para detectarlo:

- Está muy preocupado del horario de entrada y de salida del resto. Ej.: “¿Y a qué hora llegaste?; “¿Qué te pasó que te vas tan temprano?”

- Está pendiente del trabajo del otro. Ej.: “¿En qué estás?” (cuando te ve en Facebook); “No te vi en la reunión”; “Te llamé y no estabas”. “¿Terminaste lo que estabas haciendo?” “Tú estabas encargada de este proyecto, cierto?

6. El “Licenciado de la Mora”: es el que recurrentemente finge olvidar ciertas situaciones. Pero esos olvidos coincidentemente perjudican al resto, pero nunca a él.


Señales para detectarlo:

-yo nunca te dije eso. O nooooo tu me escuchaste mal. yo sería incapaz de decirte algo así , te equivocaste. Son las frases típicas del licenciado de la Mora.
- Finge amnesia con el objetivo de no compartir información. Ej.: “Oooh, se me olvidó copiarte en el mail”. “Olvidé por completo mandarte el archivo, perdona”.

- Finge olvidos para excluir a otros de reuniones importantes. Ej.: “¿No te agregué en la citación de Outlook? Juraba que estabas incluido”.


7 -Poncio Pilato, el que se lava las manos.


- Finge “lagunas mentales” para crear una mala imagen del otro. Ej.: “Se me olvidó avisarle al jefe que tenías reunión afuera” (frente a tu ausencia).

El Poncio Pilato: frente a un error o problema, niega todo tipo de responsabilidad.

Señales para detectarlo:

- Se pone a salvo en relación a las responsabilidades que debía asumir. Ej.: “Yo mandé toda la información que tenía que enviar”.

- En caso de un inminente fracaso, responsabiliza a otros, generalmente el que está ausente. “Pero si Juan Pérez se iba a encargar de eso”.

- Tiende a evadir responsabilidades por culpa de los “canales de comunicación”. Ej.: “A mí nadie me avisó”;

- Suele utilizar el espacio temporal como excusa. Ej.: “Este problema estaba antes que yo asumiera en el puesto”.
 "Esa no es mi pega ( responsabilidad ) , pudiendo evitar un problema prefiere 'lavarse las Manos"

8. El “Subrogante”: es quien se autoadjudica la jefatura interina cuando no está el jefe, sin que nadie se lo haya pedido.

Señales para detectarlo:

- Muestra una obsesión por estar informado de todo. Ej.: “Cópiame en el mail para estar enterado”.

- Asume innecesariamente el rol de líder del equipo. Ej.: “Voy a citar a reunión para saber en qué están todos”. “Ya que el jefe no está, creo que sería bueno organizarnos”.

9. El “Mártir”: se victimiza constantemente para hacerse notar frente al jefe.


Señales para detectarlo:

- Extiende innecesariamente su jornada de trabajo, preocupándose de ser el primero en llegar y el último en irse. Y esto, lo hace notar con frases como: “Fui el último en irme de la pega”. “Yo antes de las 8:00 am ya estoy sentado en mi puesto de trabajo”.

- Cree fehacientemente que es el único que realmente cumple su labor y se esfuerza. “Yo soy el único que trabaja en esta empresa”. “Qué suerte ustedes. Lo que es yo, no tengo tiempo ni siquiera para ir al baño.

- Pretende ser modalidad 24/7. Ej.: “Estuve todo el fin de semana trabajando en el proyecto”. “Estuve contestando mails hasta las 3 de la mañana”.

10. El “Eliseo Salazar”: es el personaje que “adelanta en curva”, es decir, el winner que no le importa hacer cosas indebidas, con tal de lucirse frente al jefe y adelantarse al resto.

Señales para detectarlo:

- Desconoce acuerdos de distribución de tareas con respecto a un determinado trabajo o proyecto y se adelanta a sus compañeros para realizarlos.

- Tiende a realizar las funciones de trabajo que le corresponden a otro y que son las más llamativas o de éxito fácil.

- Se apropia de la agenda del jefe, no respetando los espacios de reunión de los demás.

Bonus Track:

El “Raphael de España”: Siempre estás diciendo que te vas. Ésa es la canción que mejor refleja a este personaje, quien frecuentemente dice tener mejores ofertas de trabajo y está a punto de irse, con el objetivo de aumentar su sueldo o su posición en la empresa, en desmedro de sus compañeros. Lo divertido, es que nunca se va.

Esta claro que en toda empresa y equipo de trabajo nos encontramosn con uno o más de estos personajes, que aunque caricaturizados , igual son para tomar en cuenta , Lo importante es identificarlos y saber como incluirlos de forma inteligente para el logro de los objetivos del equipo, haciéndoles partícipes de un gran aporte.
Para cazar un zorro , hay que ser más inteligente que un zorro.

jueves, 27 de marzo de 2014

Estos son los hábitos de las personas verdaderamente felices


La felicidad es, casi desde cualquier punto que se le mire, uno de los propósitos más esenciales del ser humano. Las definiciones de felicidad, aquello con que esta se identifica, pueden variar si toman en cuenta circunstancias culturales e históricas, pero quizá, después de todo, lo que permanezca constante sea la búsqueda de la felicidad como una de las metas que han orientado desde siempre muchas de las acciones humanas.

¿En dónde se encuentra la felicidad? ¿En la calidad de las relaciones que mantenemos con nuestros semejantes? ¿En el dinero que ganamos por lo que hacemos? ¿En las cosas que compramos? ¿En la calidad de nuestra alimentación? ¿En la frecuencia de nuestras relaciones sexuales? ¿En los hábitos nos brindan bienestar corporal? ¿En el bienestar intelectual? ¿En la estabilidad de nuestras emociones? ¿Dónde?

Es posible que ahí y también en otros lugares, que sea al mismo tiempo un elemento que hace la diferencia y, por otro lado, una suma, una coincidencia de múltiples factores que, reunidos, otorgan ese improbable estado que conocemos como felicidad.

La ciencia, por su parte, no ha permanecido ajena a este asunto, y existen numerosas investigaciones que alguna aportación tienen al respecto.

A continuación enlistamos algunos de estos estudios, según los cuales existe un puñado de hábitos que, al tenerlos, nos ayudarán a conseguir o a acercarnos un poco el fuego vital de la feclidad.

 

Las personas felices conviven con personas felices

La felicidad es contagiosa. Investigadores de la Framingham Hear Study estudiaron por más de 20 años a personas que se encontraban preferentemente entre personas felices, descubriendo que de esta manera aumentaba su probabilidad de que ellas mismas fueran felices en el futuro.

 

Sonríen cuando tienen que hacerlo

La sonrisa puede o no ser un gesto común, frecuente: en buena medida depende del individuo. Si este tiene pensamientos positivos, felices, igualmente puede ser que una sonrisa acuda con más facilidad y naturalidad a su rostro. Curiosamente, según algunos estudios falsear una sonrisa durante una situación poco agradable puede empeorar el estado de ánimo.

 

Perseverancia.

Peter Kramer, psicólogo, asegura que la perseverancia y no la felicidad es lo opuesto de la depresión. Al parecer si hay algo que distingue a quienes son felices es su actitud ante el fracaso: siempre saben reponerse.

 

Intenta ser feliz

Un par de estudios publicados recientemente sostienen que basta con intentar ser feliz —con proponérselo, con buscarlo— para fortalecer el bienestar anímico, en especial en esos ámbitos que implican emociones positivas.

 

Celebrar también los pequeños triunfos

Los triunfos personales, casi sin excepción, nos llenan de felicidad. Sin embargo, lo usual es pensar estos como las grandes victorias, aquellas que se consiguen solo a costa de esfuerzo y aun sacrificio. ¿Pero qué pasa con los triunfos más modestos que se tienen cotidianamente? ¿No puede considerarse también digno de reconocimiento llegar puntualmente a una cita, terminar un libro, haber hecho reír sinceramente a alguien?

 

Gusto por los placeres sencillos

Como en el punto anterior, en el caso del placer existe también un reino de lo sencillo, lo minúsculo quizá, que a veces pasa desapercibido pero es capaz de proveer tanta o más satisfacción que los llamados grandes placeres. Darle sentido a las pequeñas acciones, ser agradecido con los dioses mínimos de la vida, está asociado con una sensación generalizada de regocijo.

 

Las personas felices hacen el bien a los demás

La felicidad puede mirarse también como un circuito que se nutre a sí mismo y así se sostiene (y de paso sostiene al mundo): hacer feliz a alguien tiene como consecuencia que otra persona haga feliz a ese primero de la cadena. Solo que, claro, aquí no hay primeros, ni últimos, sino solo una fuerza que se mantiene circulando entre quienes emprenden acciones en beneficio de otros. Según se publicó hace poco, por ejemplo, el trabajo voluntario repercute positivamente en tu salud.

 

Dejarse llevar



Cuando hacer algo nos complace, es muy frecuente que perdamos la sensación del transcurso del tiempo. Aquello que hacemos es tan satisfactorio, que todo lo demás deja de importarnos, incluso el paso de los minutos. Al parecer entregarse de esta manera a una actividad altamente satisfactoria —que también implica motivación y cierto grado de desafío— es importante para sentirnos felices.

 

Profundidad de una conversación

Hace poco la revista especializada Psychological Science publicó un estudio en el que mostró cierta tendencia de las personas felices por preferir conversaciones profundas, sustanciosas, en vez de plásticas sobre temas menores o banales. Al parecer es notablemente más satisfactorio hablar, por ejemplo, de la situación sentimental por la que se atraviesa en ese instante y no, digamos, del clima.

 

Gastar el dinero en otras personas

El dinero no compra la felicidad, pero al parecer, cuando se gasta en otras personas y no en uno mismo, aumenta la sensación de ser feliz. Al menos eso es lo que sostiene esta investigación.

 

Saber escuchar

Escuchar puede considerarse una de las habilidades fundantes del ser humano. Escuchar implica reconocer la existencia del Otro, respetar su visión de mundo, estar dispuesto a conocerla y aun aprender algo de ello. Escuchar requiere y genera confianza. Escuchar hace al Otro sentirse acogido, útil en el sentido de que sus palabras transformaron de algún modo la realidad de la persona que verdaderamente las escuchó.

 

Preferencia por las relaciones cara a cara

En nuestro tiempo pareciera que la tecnología de telecomunicaciones que tenemos a nuestra disposición es más que suficiente para estar en contacto con nuestros amigos, familiares e incluso nuestra pareja. La nuestra parece una soledad inédita, una soledad acompañada: una persona puede pasar todo el día frente a su computadora y, aun así, haber entrado en contacto con decenas o miles de semejantes, algunos más queridos que otros. Con todo, el movimiento anímico que implica tomar un autobús, un taxi o un avión para ir a ver a un ser querido —y después de esto, efectivamente verlo, estar con él— tiene repercusiones en nuestra necesidad de sentirnos parte de algo o de alguien, además de que el contacto físico disminuye las sensaciones ligadas con la ansiedad.

 

Ver el lado bueno de las cosas

El optimismo, tan atacado desde hace varios años, tiene sin embargo sus virtudes, quizá la principal el hecho de que ver el lado bueno de las cosas disminuye el estrés y sus síntomas, además de que incrementa nuestra tolerancia al dolor. Un estudio reciente mostró que tener una actitud positiva mejora la salud de quienes tienen padecimientos cardiacos.

 

Aprecia la música

La música, como una de las manifestaciones más elevadas del espíritu, mucho tiene que ver en la consecución de la felicidad. En esta investigación, por ejemplo, se notó que la música que escuchamos puede afectar la manera en que percibimos el mundo: una tonada triste nos hará ver un mundo triste, mientras que una feliz quizá aumente esa misma felicidad para el mundo.

 

 

Desconéctate

Aunque se trata de un fenómeno demasiado cercano (todavía) para estudiarse, varias voces han señalado ya los alarmantes niveles de ansiedad que acompañan nuestra vida perpetuamente conectada. El teléfono portátil, la computadora y otros gadgets mantienen casi de tiempo completo una parte de nosotros en ese otro mundo que es Internet y sus territorios. El fin de semana pasado el escritor estadounidense Jonathan Franzen publicó en The Guardian un ensayo en el que, entre varias otras cosas, denuncia este vicio del mundo contemporáneo en el que “tenemos que decir adiós a la estabilidad laboral y hola a una vida llena de ansiedad. Nos tenemos que volver tan incansables como el capitalismo”. Ante este panorama, ¿desconectarse no parece una alternativa deseable para la salud emocional? ¿Qué pasaría, por ejemplo, si dejaras Internet por un año?

 

La importancia de la espiritualidad

El cultivo de la espiritualidad nos hace reconocer que somos algo más que materia. Que una parte muy importante de nosotros está hecha de elementos intangibles pero valiosos. En casi todos los casos la espiritualidad y el reconocimiento de lo sagrado en el mundo nos hacer ser agradecidos, generosos, pacientes, tolerantes, además de otras actitudes que, cuando practicadas, redundan en nuestra propia felicidad.

 

Ejercítate

Es sabido que el ejercicio físico libera endorfinas, además de otras sustancias neuroquímicas que modifican nuestra actitud frente al mundo, casi siempre otorgándonos una sensación satisfactoria de la realidad. El ejercicio disminuye el estrés y algunos síntomas de la depresión, además de mejorar nuestras habilidades cognitivas y hacernos apreciar más nuestro cuerpo.



 

Busca la naturaleza

Una caminata de veinte minutos revitaliza, tanto el cuerpo como la mente y el espíritu. De acuerdo con numerosos estudios, el contacto con la naturaleza despierta las sensaciones de bienestar y felicidad en quien así lo experimenta.

 

Duerme bien

Cada persona tiene su propio ritmo de sueño y descanso, pero en todos es importante que este se cumpla para que lo mismo el estado anímico que el bienestar corporal funcionen correctamente.

 

Ríe tanto como puedas

Reír es más que una expresión: es toda una reacción química de nuestro cuerpo en la cual se liberan sustancias que combaten el dolor y la tensión, fortalecen el sistema inmune e incluso, como el ejercicio físico, controlan el apetito y reducen el colesterol.